Fotografía de Chema Madoz
Se
olvidó de escribir a la
par que intentaba
domesticar
las pastas del poemario
bajo
cuya tutela
ascendía su
nombre rutilante,
dejó de
ser poeta a la intemperie
y su
voz engordó
entre
satenes.
El
precio del poema
fue
tasado.
Luisa
Arellano
14 comentarios:
Duro texto, Luisa. Ya me gustaría saber a quién o a quiénes va dedicado. (puro morbo).
Celebro tus señales.
Un abrazo.
Triste final para el poema. El papel seduce, pero puede ser tramposo, a veces sólo le importa poner un precio, hacer mercancía, y allí muere el poema, como has esbozado. Besos.
Se necesitan poetas por encima del premio, del nombre , del aplauso, de la plata de las editoriales...
Un fuerte abrazo, Luisa.
Hola Luisa, cuantos terminan así desgraciadamente.
Feliz año.
Besos
El poema, si es tal, jamás puede ni debe ser tasado más allá de los sentimientos o de las ideas, precisamente sentimientos e ideas son lo primero que se corrompe cuando en el juego toma parte la pasta.
Besos
Querida Amiga,
Te deseo un feliz y prospero año nuevo lleno de alegrías.
Besos
En palabras domesticadas se durmió el ingenio ...
Besos!!
Es un mal de bastante actualidad.
Un abrazo
lUISAAAAAAAAAAAAA
¡qUE BIEN!. vUELVES A ESCRIBIR.
eXPLÉNDIDA COMO SIEMPRE.
mE ALEGRO MUCHO POETA.
bESOS.
El precio de la fama fue grande...
Un gran abrazo, poeta, desde México
Y agoniza entre valuaciones...tremendo, terrible. Bello no obstante, Besos.
Hola ya me quedo x acá y me pongo al día...bsts
Como pude haber estado tanto tiempo sin visitarte? Excelente poema, merece un mordisco Un abrazo, Georgia
¡¡Georgina, qué alegría!!
Espero que puedas leer este mensaje. Ya habrás visto que yo tampoco vengo apenas. Quisiera retomarlo pero siempre hay algo que se va interponiendo... a ver si puedo conseguir regresar prontito porque os echo mucho de menos.
Un abrazo muy grande
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