20 marzo 2009

KARINA





Era octubre y lloviznaba cuando un Golf negro aparcó en la plaza desierta. Karina descendió del vehículo y se subió la capucha del chubasquero. Nada más poner los pies en el suelo un escalofrío recorrió su cuerpo y la angustia contenida durante los preparativos del viaje se apoderó de ella. Un día como hoy, dieciocho años atrás, había salido de allí pensando no volver. Titubeó entre caminar o meterse de nuevo en el coche. Encendió un cigarrillo, respiró hondo y se dirigió plaza abajo hacia el barrio que la había visto nacer.
Había dejado de llover cuando por fin enfiló la calle Herrerías. Se detuvo frente al número diez. La puerta de madera estaba arrancada de uno de sus goznes y vencida hacia dentro. Se asomó. El patio de la entrada estaba lleno de adobes y restos de cabrios, tablas y tejas. Al fondo, la casa se había derrumbado también y por doquier se extendían las hierbas y el musgo. Junto a la puerta de la calle había un pequeño poyo resguardado del agua por el trozo del voladizo de la entrada que aún se mantenía en pie. Se sentó y volvió a fumar.

-¿Qué haces ahí sentada? ¡Corre a llamar al médico, tu padre se ha cortado con un cuchillo! -recordó los gritos de su madre muchos años atrás, cuando ella tenía sólo once.
El médico no se explicaba como pudo pincharse Jacinto con el cuchillo en el pecho mientras cortaba pan. Su padre insistió en que había sido así y el doctor como la herida no era demasiado profunda, encogiéndose de hombros, dio por buena la versión y con gesto serio recordó a la madre que no debía abusar del alcohol.

Jacinto había enfermado al poco de nacer ella y la enfermedad minó también su personalidad debilitando su carácter. Tan sólo se mostraba fuerte para proteger a la pequeña de los ataques constantes de la madre neurótica y alcohólica que la culpaba de todos sus fracasos, recibiendo él la furia de sus embestidas. Discutían de la mañana a la noche. Inés siempre conseguía que Jacinto le devolviera la botella que le escondía y a cambio él recibía alguna que otra agresión que acababa disfrazaba de accidente fortuito.

-No te preocupes papá.
-Gracias cariño. -Le dijo con una sonrisa y pensó “No te mereces esto, preciosa. Si tuviese valor…”
-Yo cuidaré de ti y un día te llevaré a vivir junto al mar para que te pongas bueno. Nos iremos pronto papá, ya lo verás.
Jacinto sonrió de nuevo.
-Y si mamá se muere… ¿nos tendríamos que quedar aquí? preguntó preocupada.
-Qué cosas se te ocurren, chiquilla, anda ve a comprar el pan.

Apenas había cruzado el patio cuando volvió a escuchar la voz de su padre que desde la casa le gritaba:
-¡No te olvides de comprar matarratas, que se nos ha terminado!

……
Volvía a llover. Karina se levantó aturdida por los recuerdos y emprendió el camino de vuelta. Lloraba.


***
De Luisa Arellano

42 comentarios:

Luisa Arellano dijo...

A partir de la semana próxima voy a tener complicado conectarme a Internet, no sé como lo podré solucionar, pero lo intentaré.

Os pido disculpas por no responderos a los comentarios del tema anterior "Renacuajos sin Charco" tal y como acostumbro, pero he preferido dar una vuelta por vuestros blog, leer y comentaros,(me quedáis alguno a los que iré durante el fin de semana) así me voy llena de vuestras vibraciones.

Os dejo otro relato, esperando que os guste.

Vuelvo en cuanto me sea posible.

Besos para todos.

Alicia Abatilli dijo...

Es bueno que lo intentes, se extrañan las presencias en internet. A pesar de lo loco que ésto parezca.
En cuanto al relato es magnífico, Luisa.
Felicitaciones.
Si te vas por vacaciones, que seas muy pero muy feliz.
Alicia

Luisa Arellano dijo...

Como de momento sigo por aquí, te respondo, Alicia.

Me voy por trabajo y de momento me trastoca la vida bastante, pero visto como está el panorama laboral por aquí, no me queda más remedio que poner buena cara y alegrarme.

Supongo que iré solventando problemas y que será cuestión de ubicarme y adaptarme, pero... es que ni tan siquiera sé por cuanto tiempo... lo mismo es un mes que diez... brrr así no hay quien se organice.

Me voy cargada de paciencia, eso si. :)

Gracias por tu amabilidad.

Nancy dijo...

Luisa querida, primero, lo primero. Te extrañaremos pero para eso podemos regresar a tus escritos antiguos. Yo a veces vuelvo calladita a tus poemas, a tus reflexiones y me alimento de ellos para alimemntar el espíritu. No soy de leer poesía y sin embargo tus versos me atraparon, al igual que un par de blogs más. Por otro lado, me encantó la historia, me dolió en el pecho como si también la punta del cuchillo me hubiera alcanzado a mí. Es que estas historias se parecen tanto a la realidad que duele saber que a veces la realidad supera a la ficción.
Bueno, ya me extendí. Te dejo el mejor y más cálido de mis apapachos (ya te llegará la oden, pero no te estreses que no tendrás que hacer nada con ella ;) solo guardarla en tu corazón).
Te deseo toda la suerte del mundo y que todo salga como lo deseas.

Laura Gómez Recas dijo...

No tengo tiempo ahora de leer tu relato tranquilamente, de modo que este comentario te lo dejo para despedirme de ti. Espero que no sean diez, los meses; y si son diez, espero que puedas enhebrar el hilo que te mantiene atada al blog y a la poesía.

Muchas suerte y feliz estancia allá donde vayas.

Un beso grande, y recuerda que aquí todos te esperamos.

Laura

Jaime Riba dijo...

muchas gracias por pasarte por mi blog y por desearme suerteee! eres genial! besos!

mabel casas dijo...

hola Luisa
encuentro u relato duro, hiperrealista,conmueve y alerta
y eso estan necesario
veo por acá que estás de cambios, que sean para recibir lo merecido quees convinar trabajo y armonía respeto y arte con amores que acompañen
cariños y gracias porlos mensaje que dejaste en mi blog,incluso or incluirme en tus link, com me decís, agradecida
ídem haré con el tuyo
besos

Mónica Angelino dijo...

Qué cuento bárbaro, el final: de diez!

Besazo!

Mónica Angelino dijo...

Luisa te enlacé al instante en mi blogs.

Besos

Antonio del Camino dijo...

Luisa, conmovedor el relato; creo que ello ya lo dice todo.

En cuanto al trabajo, mucha suerte; paciencia y ánimos. Los tiempos vienen malos, pero una actitud animosa ante las contrariedades ayudan a salvarlas o, al menos, a hacerlas más llevaderas.

Cuídate. Seguro que nos seguimos leyendo con frecuencia antes de lo que piensas.

Un abrazo.

Conxa dijo...

NO te preocupes por lo de la conexión Luisa, cuanod puedas, cuando puedas, es peor lo otro, la cuestión de trabajo, no saber si es para un mes que para 10...dificil organizarse desde luego.

El relato..... ahí si que entro jajaja, por supuesto me ha gustado, pero me he quedado un poca corta.

Besos preciosa, que te vaya bien y que podamos hablar pronto.

Manolo Jiménez dijo...

Desgarrador relato. Bello pero levanta ampollas.

Saludos
Manolo

MarianGardi dijo...

Bue relato mu trizte ¡eha!
Mucha suerte Luisa te esparamos pronto.
Un fuerte abrazo y animo

cristal00k dijo...

Las almas apretadas, utilizan aquello de: a grandes males grandes remedios... en el caso de Karina y en el tuyo también...
Estoy segura, que una mujer de recursos como tú encontrará alguna forma, de conectarse, y si no es así, te esperaremos pacientemente a que vuelvas. Lo importante es que todo vaya bien. Mucha mucha mucha mucha suerte Luisa. Y montones de besos.

MiLaGroS dijo...

Precioso el relato, aunque muy duro y precioso como todo lo que escribes y como tu alma porque si no fuera así no escribirias tan maravillosamente. Espero que vuelvas pronto a escribir. Yo seguiré esperando para leerte. Un abrazo grande, grande. Y gracias por todo . Por tu acogida y por tus comentarios en mi blog cargados de ternura. Un beso grande. milagros

JUAN JES dijo...

Refulges

Santiago Redondo Vega dijo...

Es duro el relato Luisa, como la vida que lo ampara. Ni más ni menos real. Todos son las víctimas. Empezando por la que, aparentemente, es la causante del naufragio familiar, la madre. Y un padre en la encrucijada del cariño y una hija en el tobogán de los sentimientos encontrados, apremiando la búsqueda de una solución inmediata y siempre injusta.
Y esa vuelta al origen -muchos años después- del lugar del crimen. Negro, pertinaz y dolorido. Introspección en la carne, en el hogar, en el silencio, donde más grandes gritan los desgarros.
Un abrazo.

Abilio Estefanía dijo...

Hola Luisa, en primer lugar felicitarte por dos cosas, primero por tu relato, que no se si es fruto de tu imaginación o es un hecho real, en cualquier caso siempre la realidad supera la ficción y en segundo lugar por tu trabajo, como tu bien dice, estando como esta el mundo laboral.
En cualquier caso que te vaya muy bien y no te preocupes por lo blogeros, si tu estas bien y a gusto siempre sera bueno para nosotros.
Un beso enorme desde esta pequeña ciudad de Briviesca.

CHECHE dijo...

!!Bueno como me he puesto de contenta!! he pasado muchos veranos de mi infancia en Navalmoral de la Mata. !!que recuerdos!! ahí tengo a mis primos Alfonso y julia, me alegra mucho, un beso.
Seguiré visitando tu blog, te paso el enlace de mi otro blog.
http://cheche-buscandounasalida.blogspot.com/
Mi otro blog.

Carlos Serra Ramos dijo...

No me importó leerlo otra vez, es más, lo tengo guardadito junto a mis prosas.

Un besotón, Lui.

Carlos

(Mejor que te hubiera tocado la loto)

Anónimo dijo...

Luisa eres buena, el relato muy bueno.
Espero que tengas suerte con el trabajo y te fastidien el menor tiempo posible, ten en cuenta que por lo menos trabajas y eso hoy por hoy ya es mucho.
Abrazos.

Poseidón dijo...

hola,
Luisa espero puedas solucionar tu conexion y sigas proponiendonos tus poesias y textos.

aH, me alegro mucho ver a nuestra amiga CHECHE juntarse aqui tb.

Yo tb amo NAVALMORAL y tengo recuerdos de alli.

Recuerdo haber visto un circo alli cuando era un niño, ah los primeros elefantes de verdad, etc..

Y tb tengo primos ahi.
Luisa quien sabe , quizas nos vimos de pequeños por ALMARAZ o Navalmoral tb con CHECHE..
No salgo de aqui sin dar un saludo a todos los amigos eguidores

bisous pour le filles..
Feliz fin de semanA a todos

María dijo...

Hola Luisa,
Precioso relato!
Espero que el cambio sea para bien. Tu míralo con buenos ojos ... que nunca se sabe. A veces lo que más nos incomoda en un principio acaba siendo buenísimo para nosotros.

Un abrazo fuerte fuerte!

M. Angel dijo...

Luisa vuelve cuando te sea posible. Te echaremos de menos.

Tu relato estremecedor y maravilloso, como todo lo que escribes.

Abrazo

Unknown dijo...

Luisa, ante todo, siempre estarás conectada, porque la conexión del alma no se debilita, la distancia hace más humana la fibra óptica.
Sé que estarás bien y te esperaremos.
El relato, exquisito, concreto, denso y filoso como el cuchillo de pan.
Besitos

kuoremio07@gmail.com.ar dijo...

Es un precioso relato!, es la primera ves que entro a visitarte pero ya te he enlazado para seguir leyéndote. besos
y aquí te espero para cuando soluciones tu problema de la Internet.

Marian Raméntol dijo...

Asomo la nariz, mi querida Luisa, sin mucho ánimo pero con toda la intención del abrazo.

Un beso
Marian

Antonio Martín Bardán dijo...

Impresionante leer tu relato, Luisa, mientras escuchaba el "Lacrimosa" del Réquiem de Mozart, que tienes aquí, en tu cajita de música.
Vaya secuencia dramática que nos has dejado...
Vuelve pronto y nos pones algo más alegre, ¿vale?
Te espero fumando. ¡No tardes mucho, que sólo me quedan dos cajetillas!

Un abrazo.

Ricardo Fernández Moyano dijo...

Luisa, te devuelvo tu abrazo y encantado de leerte, como ya te he comentado en mi blog coincidimos en varios sitios, aparte de Poetas de hoy también en la Antología "Poetas de Corazón Japonés" de El Rincón del Haiku, por cierto me han encantado tus haikus.

Un beso

Anónimo dijo...

Estremecedor relato.
Espero que el traslado sea breve y lo menos incómodo para tí que sea posible
Hasta la vuelta.
Un abrazo.

Nancy dijo...

Luisa, aunque no te conectes siempre es ungusto venir a leerte una y otra vez. Tu blog tiene un imán mágico.

Felipe Sérvulo dijo...

Voces amigas me han traído hasta aquí. Me alegro, he disfrutado con tu relato.

Raúl dijo...

Luisa, vengo agradecerte tu visita a mi blog, y las palabras que allí dejaste.
Un saludo.

cristal00k dijo...

Mua! Mua! Mua!

JR dijo...

ohhhh!!!

que buen paseo me di por tu senda de Cultura...

gracias Luisa.

Walter Portilla dijo...

Querida Luisa, qué pena que no puedas ya estar tan cerca a tu blog en adelante, bueno, ya habrán tiempos mejores, te deseo lo mejor, Luisa.
El relato excelente, pero me he quedado picón con el final, he querido saber lo que sucedió con Jacinto y con Inés, qué decisión tomó Karina para que luego haya tenido que quedarse en la casa. Supongo lo peor, pero es tu relato, ya me contarás el resto. Un beso querida Luisa. Te reitero mucha suerte y éxitos.

GEORGIA dijo...

que texto!!!! me ha dejado erizada...de pies a cabeza...que bien llevado...y el final...Dios el final es magistral...solo tú puedes lograr algo asi

bravo querida...un beso gigante

ybris dijo...

Eso. Que parezca un accidente.
Estupendo modo de insinuar lo que se masca.

Me ha gustado.

Besos.

Mismamente dijo...

Tienes una sorpresa en mi blog. ( Voy con prisa, ya volveré con más tiempo)

Besos

Rosa Iglesias dijo...

QueridaLuisa,,,extremecedor relato..y con el fondo añadido de lamúsica de Rodrigo...eriza lapiel.
Quería darte las gracias por hacerte seguidora de mi blog... Todo un honor gracias..
Hasta siempre poeta
Rosa

Nancy dijo...

Seguimos esperándote. No me canso de leer tu historia.
Apapachos

Luisa Arellano dijo...

¡Aquí estoy!... pero un ratito sólo...el suficiente para daros las gracias por vuestra presencia y vuestros comentarios.

¡Sois mágicos, y generosos, y genialesssss! :)

Tanto a los amigos de siempre, como a los que habéis llegado nuevos en esta semana os tengo que pedir más paciencia, pues de momento estaré otra semana en las mismas circunstancias. Espero que el asunto de Internet se solucione de alguna forma pronto.

Mis respetos y cariño para tod@s.