Ahora pienso
que fue un sueño imposible
que nunca
paseamos de la mano
ni apoyamos
suave la cabeza en el hombro del otro.
Que nunca
degustamos bocadillo y vino de la tierra
en aquel
apartado chiringuito con dueño disparate
de cuento e increíbles
anécdotas.
O las rutas
ansiosas
y los
encuentros locos
que salvaban
nuestras razones turbias.
Es como si
le hubiera ocurrido al vecino,
como si los
momentos no se hubiesen quemado en la hoguera
de las
complicidades,
o en las
largas esperas de estación de autobuses
que se
hicieron amigas.
La vida -y
su torpeza- discurrió sin permiso
y puso
cerradura a los cielos
mientras los
toboganes descendían
y se iban
convirtiendo
en realidades…
***
Luisa
Arellano
14/02/2017
2 comentarios:
Precioso poema que me lleva al comienzo de las horas, a un transcurrir del tiempo que fue robando ilusiones en su obcecada misión de mostrarnos realidades. Memorar el pasado auditando la vida es despertar a un presente que nunca se supuso.
Con tu permiso, me lo llevo a Universo Poético, foro al que estás invitada a participar y cuyo nivel poético ganaría enteros con tu poesía.
Un fuerte abrazo, Luisa querida.
Gracias, Carlos. Por supuesto que puedes llevarlo a Universo Poético y te doy las gracias por tu invitación... a ver si de una vez el tiempo me da si lo suficiente :D
Me alegra que te guste. Echo de menos tus correciones y tus clases para enseñarme a declamar los poemas... tendremos que retomar tan buenas costumbres para que no se pierdas. :D
Te mando un beso y abrazo enormes.
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