Los escombros rabiosos
el fondo de los ríos
los campos
los sembrados
piden oro a la tarde.
Hay muertos olvidados sin tañidos de campanas.
Quizás el viento esparza su llamada de auxilio
y algún asentamiento la reciba como campo fecundo,
dispuesto a granar las espigas que quedaron desnudas.
Los muertos
no siempre están callados,
no siempre se deshacen en el polvo del polvo que un día fueron.
Los muertos
piden pan y justicia
para andar el camino que les devuelva el alma a lo perpetuo
y una lápida blanca donde escribir su nombre.
Abogan por un banco de piedra
-no hacen falta algodones-
para apoyar sus restos carcomidos.
Los muertos
quieren ser sólo muertos
y no tener insomnios de por muerte.
Necesitan un malecón seguro
una orilla con verdes aromosos
una tapia que circunde sus huesos despoblados
una escoba que limpie los esputos que cargan
una razón que iguale los olvidos
una taza, tan solo, de calidez humana.
Los muertos sólo temen a los muertos de mente,
a rezos selectivos,
a responsos privados,
a letanías ñoñas con meaculpas pudorosos.
Estos muertos,
se cansan de llevar a la espalda la estulticia de lustros
y rencores añejos como mantas tiranas,
les fatigan abriles victoriosos
y julios con boato,
no entienden de rencores
por mucho que los vivos se empecinen en seguir abonando su parcela.
Saben que les tocó una muerte clandestina
de pomelo y limón
y anhelan una flor, mientras esperan
que el odio se destile y se disuelva en la grandeza
de aquellos que llevamos en las venas
la sangre que les falta.
L. Arellano
Agosto 2006
De la antología poética "Versos Diversos"
2 comentarios:
Puedes asegurar querida amiga, que tras esta felicitación primera seguirán tantas como tantos que te lean este rosario de temas que versas con la fuerza y poesía que te caracteriza.
Una demostración clara de que en poesía no hay barreras, igual en la queja, la denuncia o el amor, lo mismo cantarle a la vida que a la muerte, la poesía es poesía cuando se expresa como tú sabes hacerlo al descubrirnos lo que hay más allá de un determinado hecho.
Mi beso cariñoso y mi felicitación sincera, querida poeta.
Carlos
Es un grandísimo honor que seas el primero en comentar en este blog recien nacido que aún camina con mil titubeos... igual, exactamente igual que camina su autora por este mundo de la poesía, siempre en la búsqueda de crecer y aprender, aprender, aprender.
Como digo en la presentación del blog "dejaré retazos de mí, poquito a poco..." eso pretendo y espero contar en esta andadura con tu apoyo impagable.
Sabes que puedes dejar aquí tus poemas cuando lo desees. Para mí sería un honor.
Un beso muy grande, compañero.
Publicar un comentario